Ya decían nuestras abuelas (y Aristóteles) que la virtud está en el centro. Buscar el término medio para no pasarse ni quedarse corto es un difícil ejercicio de prudencia.
La Medicina debe ser prudente. No debe generar más daño del que pretende evitar. No debe caer en excesos de intervención que sean innecesarios y costosos.
Puede parecer que la Medicina lo puede curar todo y que hay un "remedio mágico" para cada uno de nuestros malestares diarios. Esta es una visión poco realista y poco ajustada. La vida está llena de sinsabores que NO SON ENFERMEDADES, sino fases o episodios que debemos afrontar sin que necsariamente tengan que intervenir los profesionales sanitarios o los medicamentos.
A la tendencia a pensar que cualquier suceso indeseado y desagradable debe tener una respuesta (y solución) mediada por la Medicina le llamamos MEDICALIZACIÓN de la vida
Nuestra propuesta en esta sesión es reflexionar sobre los excesos de la Medicina
Para ello leeremos algún fragmento de un texto clásico que aborda con humor este aspecto de la vida. La obra de Jules Romains, Dr. Knock o El triunfo de la Medicina
También lo expresa El roto con su caracterísitco humor
Una interesante campaña contra la medicalización, para ELEGIR SABIAMENTE
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