Los seres humanos no dejan de jugar porque envejecen.
Envejecen porque dejan de jugar.
Aceptar el paso del tiempo con naturalidad y de forma adaptativa es otro de los grandes retos de la vida
En esta sesión reflexionaremos sobre el envejecimiento saludable, de la mano de Cicerón, leyendo fragmentos de su obra "Sobre la vejez"
JOSÉ SARAMAGO: POEMA SOBRE LA VEJEZ
¿Qué cuántos años tengo?
¡Qué importa eso!
¡Qué importa eso!
¡Tengo la edad que quiero y siento!
La edad en que puedo gritar
sin miedo lo que pienso.
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso o lo
desconocido.
Pues tengo la experiencia de los años vividos
y
la fuerza de la convicción de mis deseos.
¡Qué importa cuántos
años tengo!
¡No quiero pensar en ello!
Pues unos dicen que ya
soy viejo,
y otros "que estoy en el apogeo".
Pero no es la edad
que tengo, ni lo que la gente dice,
sino lo que mi corazón siente y mi
cerebro dicte.
Tengo los años necesarios para gritar lo que
pienso,
para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos,
rectificar caminos y atesorar éxitos.
Ahora no tienen por qué
decir:
¡Estás muy joven, no lo lograrás!...
¡Estás muy viejo, ya no
podrás!...
Tengo la edad en que las cosas se miran con más
calma,
pero con el interés de seguir creciendo.
Tengo
los años en que los sueños,
se empiezan a acariciar con los
dedos,
las ilusiones se convierten en esperanza.
Tengo
los años en que el amor,
a veces es una loca llamarada,
ansiosa
de consumirse en el fuego de una pasión deseada.
y otras... es un
remanso de paz, como el atardecer en la playa.
¿Qué cuántos
años tengo?
No necesito marcarlos con un número,
pues mis
anhelos alcanzados,
mis triunfos obtenidos,
las lágrimas que por
el camino derramé al ver mis ilusiones truncadas...
¡Valen mucho más que
eso!
¡Qué importa si cumplo cincuenta, sesenta o más!
Pues lo que importa: ¡es la edad que siento!
Tengo los años que necesito
para vivir libre y sin miedos.
Para seguir sin temor por el
sendero,
pues llevo conmigo la experiencia adquirida
y la fuerza
de mis anhelos
¿Qué cuántos años tengo?
¡Eso!... ¿A quién le importa?
Tengo los años necesarios para
perder ya el miedo
y hacer lo que quiero y siento!!.
Qué importa
cuántos años tengo.
o cuántos espero, si con los años que tengo,
¡¡aprendí a querer lo necesario y a tomar, sólo lo bueno!!
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